Cuando la vida te presenta pruebas dolorosas, y el alma se siente herido por la tristeza, recuerda que siempre estás abrazado por el amor divino. Sus garras te ofrecen paz. No temas encomendar tus cargas a su cuidado, pues Él es tu refugio y fortaleza en medio de la sanación del alma tormenta. Busque solace en la oración y el canto de alaban